miércoles, 11 de marzo de 2009

Museos del Aceite en España.

Les presentamos una publicación de reciente aparición sobre los museos en España dedicados a la cultura del aceite: "Museos del Aceite en España".
Su autor, Francisco Lorenzo Tapia, ha sido tan amable de mandarnos un texto para ilustrar el contenido de esta magnífica obra en la que el Museo Siyâsa de Cieza está muy orgulloso y agradecido de formar parte.


Una aventura romántica por los museos del aceite en España

La publicación recoge, con un gran despliegue fotográfico, aquellos lugares que fueron en antaño, cuna de la elaboración del aceite de oliva en España y que hoy se han convertido en recursos museísticos visitables.

El libro presentado en el último Congreso Internacional de Oleoturismo celebrado en Sevilla se presenta en un formato ameno y de calidad que pretende transmitir el mismo sentimiento y emoción que el autor experimentó al visitar estas reliquias del pasado. Sin lugar a dudas, un manual expresamente indicado para todo romántico de la ancestral cultura del aceite de oliva.

Su autor, Francisco Lorenzo Tapia, médico nutricionista malagueño y Presidente de la Asociación OLEARUM, Cultura y Patrimonio del aceite viste de largo 88 recursos museísticos vinculados al mundo del aceite en nuestro país, distribuidos en 12 Comunidades Autonómicas y 27 provincias.

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Sus más de 250 páginas encuadernadas en formato rústico de 22x22 y sus más de 300 fotografías muestran empiedros inmaculados después de millones de giros sobre el mismo eje, solemnes vigas de palanca que han crujido lentamente cargo tras cargo, molinos hidráulicos antaño movidos por la fuerza del agua o almazaras más actuales donde la fuerza transmitida por el vapor, gasóleo o electricidad posibilitaban campaña tras campaña el precioso milagro de la obtención del oro líquido de la dieta mediterránea. Todos ellos descansan hoy restaurados por gentes con sentimiento, tesoros que forman parte de nuestra cultura y que la cámara y los textos de Paco Lorenzo nos va a permitir disfrutar a lo largo de éste magnífico libro.

Este viajero romántico ha conseguido plasmar esta esencia y que, además del magnífico testimonio gráfico, nos ofrece en su libro el inmenso caudal humano que rezuma de cada museo, porque cada museo es una historia humana y el autor ha sabido plasmarla. Esta obra da la oportunidad de descubrir un legado que nuestra milenaria cultura nos ha dejado en forma de recursos museísticos y, por otro lado, pretende ser un homenaje y reconocimiento a todas aquellas personas e instituciones que gracias a su esfuerzo y dentro de sus posibilidades, han permitido restaurar, recuperar y poner en valor gran parte de nuestro pasado y patrimonio oleicola para el disfrute de futuras generaciones.

El abanico es amplio, variado y por supuesto, interesantísimo para todos aquellos “locos del aceite” que se presten a visitar y conocer este tipo de recursos oleoturísticos. Independientemente de los medios con los que cuentan, cada museo tiene su peculiaridad, tiene su encanto, tiene algo que lo diferencia de los demás y eso es realmente lo importante.

Unos son museos monográficos sobre el mundo del aceite (Museo Hojiblanca de Antequera, Museo del aceite el Molino del Medio de Robledillo de Gata, Museo del aceite el Lagar del Mudo de San Felices de los Gallegos, etc.); otros son museos etnográficos con un apartado especial sobre el aceite de oliva (Museo de Usos y Costumbres Populares de Málaga, Museo Etnográfico de Azuaga…); otros son centros de Interpretación del Aceite como el de Casar de Palomero (Cáceres) o el Centro Cultural del Aceite Basilippo del Viso del Alcor en Sevilla; otros forman parte de un complejo Oleoturístico como el Parc Temàtic de l´Oli de la Masía Salat en Les Borgues Blanques (Lleida) o el Museo de la Cultura del Aceite de Baeza (Jaén); otros comparten galones con el Dios Baco (Museo La Almazara de Alcabón, Museo del Aceite y el Vino); otros son museos situados en edificios históricos como La Almazara Histórica de la Almedina en Cazorla (Jaén) o el Museo del Aceite de Montoro (Córdoba), situado en la Casa de las Tercias e incluso algunos son antiguos molinos reconvertidos en museos como el Museo del Aceite el Lagar del Mudo en San Felices de los Gallegos (Salamanca) o el Museo Etnográfico de Benalauría (Málaga).

Por último, destacar la presencia de elementos del mundo del aceite en museos arqueológicos como el de Siyâsa en Cieza, donde elementos del paleolítico y de otras etapas de la historia conviven con molinos, prensas y elementos de usos y costumbres típicos de la comarca de Cieza.

Entre la información aportada de cada museo además de sus características principales (edificio, ubicación, historia del museo, descripción de la antigua maquinaria, curiosidades, etc.), de los datos de interés (dirección, email, web, coordenadas geográficas y teléfono) también se incluye una serie de simbología que da fe de distintas facetas (visita guiada, desayuno molinero, cata de aceite, tienda, restaurante, aparcamiento, demostración, biblioteca, sala de conferencias y audiovisuales, alojamiento, premios AEMO a la mejor promoción y difusión de la cultura del olivo, Miembros de OLEARUM).

En resumen, cada uno con sus medios, son recursos que han sabido sacar del anonimato unas costumbres, tradiciones, ritos o usanzas que desde tiempos inmemoriales forman parte de nuestra ancestral cultura mediterránea.

Como no podría ser de otra forma, hay que agradecer profundamente y de corazón a todas aquellas personas o instituciones (Patrimonio Comunal Olivarero, Consorcio Feria del Olivo de Montoro, Mercacei, Drakond, INAC XXI, Olearum) sin las cuales no hubiera sido posible sacar a la luz pública este libro sobre los Museos que, de alguna forma están relacionados con el mundo del aceite en nuestro país.

Málaga, 11 de Marzo 2009

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